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DUNAS DE ACATITA
Texto: Walter Bishop Velarde. Fotografías: Walter Bishop Velarde.

Hace ya varios años que estuvimos visitando el Bolsón de Mapimí, mejor conocido inclusive internacionalmente como Zona del Silencio, parte de lo que se denomina el Desierto Chihuahuense, mismo que es el desierto más grande de Norte América incluyendo varios estados de los EUA y que aquí en territorio mexicano viene desde San Luis Potosí hacia el norte rebasando las fronteras.

La Zona del Silencio famosa en muchos lugares, por alguna razón siempre la situamos en un punto cercano a la hacienda de Las Lilas o del punto Trino que es donde convergen los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila, pero en realidad el Ing. Harry de la Peña quien es el que primero empezó a llamar la región de esta forma, nunca especificó un lugar en especial para situarla, sino que en sus pláticas sobre el tema siempre se habló de una área indefinida del desierto donde supuestamente sucedían algunos detalles sin explicación verdadera.

Lo de los detalles sin explicación veraz y de hecho el mito de la Zona del Silencio lo hemos discutido varias veces sin llegar a ningún lado, ¿será un triángulo como el de las Bermudas?, ¿habrá ondas magnéticas desconocidas?, ¿nos visitarían los marcianos (están de moda) en tiempos recientes?. Un sin fin de preguntas se nos vienen a la mente y pudiéramos decir que son las mismas que se preguntaron allá por 1974 cuando cayó el cohete Atenas desde Nuevo México y otros sucesos según esto medio curiosos, pero todavía a la muerte del Ing. de la Peña no se resolvió nada pero si aumentó el tráfico de turistas que antes de que se prohibiera el ingreso al lugar estaba en los números de 2500 a tres mil al año, que no era un número despreciable, pues aun cuando no muy organizado el dinero que se repartía en la región era algo significativo.

De las razones por las cuales se restringió el acceso al lugar no vamos a ondear en el tema pues era la imposición de una serie de personajes, los cuales no voy a mencionar, pero considero que lo que se hizo en esta región fue un mini genocidio al estilo mexicano de los que les encanta hacer a nuestros funcionarios de cualesquier dependencia, pero fue en realidad lamentable que a nombre de la conservación y sustentabilidad todavía se hagan estas atrocidades en el país en base a intereses mezquinos de esos de “quien sabe que anden haciendo”.

Sin embargo, no nos íbamos a quedar ahí no mas viendo a lo lejos, y después de investigar un poco el tema decidimos empezar a visitar la otra Zona del Silencio, de la cual no sabíamos nada pero se tenía muy buenas referencias.

Para llegar a este nuevo destino partíamos de Torreón usualmente del Hotel Hampton Inn Aeropuerto, rumbo a Cd. Madero y continuamos por una carreterita muy secundaria rumbo norte a Química del Rey sin llegar hasta allá, pero saliéndonos de la carretera en un pueblito muy pequeño llamado Aguanaval, como uno de los ríos que alimentan la región de la Laguna, a unas tres horas de camino.

De Aguanaval donde damos una pequeña cuota y compramos todo lo que podemos de la miscelánea local que está a la entrada, manejamos rumbo al oeste como una hora y luego al sur una media hora, llegamos a lo que es uno de los lugares de turismo Coahuila (como todo México es secreto), pero en este lugar como auténtica magia en el horizonte, se empiezan aparecer unas gigantescas dunas llamadas de “Acatita” tan atrayentes que lo primero que hacemos cuando llegamos es ir a brincar y jugar en la arena como verdaderos niñ@s, lo segundo hacer campamento y cenar, lo tercero regresar a las dunas y ver las billones de estrellas de la bóveda celeste que en este cielo particular brillan como diamantes iluminando la noche por si solas. Por ahí nos vemos. Continuará…

 
 
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