Durango cuenta en lo que es la Sierra Madre Occidental con uno de los inventarios de atractivos turísticos más importantes que tiene el Estado, aquí encontramos por parte de los ejidos y algunas propiedades privadas, bonitas y funcionables conjuntos de cabañas donde ya se están hospedando personas de Culiacán y Mazatlán Sinaloa, Monterrey y Saltillo en Nuevo León y de las tres ciudades que comprenden “La Laguna” Torreón, Gómez Palacio y Lerdo.

Además tenemos formaciones rocosas, profundas quebradas, cascadas y el bosque en si, que en su conjunto dibujan unas manifestaciones escénicas de una belleza incomparable. Tampoco nos podemos olvidar de algo tan sencillo como el aire puro de montaña y su cielo azul que en combinación todo es la sencilla razón por la cual empiezan a venir estas gentes de nuestros estados vecinos.

En este marco además de su espectacularidad, podemos hacer diferentes actividades como campismo, caminata, cabalgata, observación naturaleza (fauna y flora), y bicicleta de montaña que es el punto que queremos abordar en esta ocasión.

En la Carretera Durango-Mazatlán está un área comprendida al oeste de El Salto en el Km 100 de esta, hasta más o menos el Km. 168 que es donde está el Espinazo del Diablo y su impresionante vista, donde están los atractivos naturales y cabañas más accesibles de la Sierra por lo que esta región se ha desarrollado a un paso mas rápido que otras, ya que cuentan con los servicios indispensables para su buen desempeño.

Es aquí donde encontramos una (por que hay varias ) de las rutas más interesante de la sierra, la Ruta Santa Lucía. Son varias las formas por donde puedes iniciar el camino pero creo que lo más recomendable es hacerlo por un acceso que hay antes de llegar a el pueblito de Las Adjuntas en el Km. 118 donde hay una puerta de metal en el lado sur de la carretera vieja y aquí en un paréntesis tenemos que mencionar, la construcción de la autopista de cuota Durango-Mazatlán y puede esto modificar un poco el rumbo, pero de todas maneras, cambia un poco pero no tanto como para no reconocer el inicio.

Esta puerta de tubo metálico conduce a un caminito de extracción de madera que ya no se usa y que nos lleva después de cruzar un arroyo y subir por la única pendiente que hay por acá a unos llanitos que en temporada de agua están medio inundados lo que da pie a un recorrido súper interesante donde casi es un placer dar un mal pedalazo y caerte al agua, por cierto bastante fría pero de cotorreo.

Esta mesa, no de comer sino rasgo topográfico, continúa hasta que llegas a Puentecillas donde están posiblemente las cabañas más bonitas de toda la sierra, con su lago y un mirador que ve mil metros hacia abajo precisamente a los bajíos de Santa Lucia, Chavarría Viejo, Pino Gordo y donde ahora por desgracia, también se va a ver la nueva autopista.

De Puentecillas tomas la brecha que tienen ellos para conectar con la carretera y al topar con esta, doblas hacia la derecha unos 7 Km. hasta unas casitas medio abandonadas paraje que se llama Metates, aquí tomas otra derecha y sigues una brecha en uso (aguas con el tráfico) donde inicia el sueño de todo ciclista, una bajada de 20km. y es raro tener que pedalear, pero no darte (“en el comedor”) una espectacular caída con escoriaciones múltiples de cuerpo completo, esto es, si no le pones atención a la velocidad que puedes agarrar de bajada, unos 60 km. por hora, suficiente para salir de allí en camilla. Nunca ha sucedido pero pónganse aguzados.

Allá abajo está Santa Lucía pequeño pueblito con una escuela, una miscelánea y unas cuantas casitas regadas por la campiña, se toma uno un bien merecido refresco y hasta una comida ligera y continuas rumbo a Chavarría Viejo, por otra brecha de subiditas y bajadas muy pintoresca, inclusive con una cascada llamada de la Mula como de unos 50 mts. que está antes de cruzar un arroyo en tierra colorada.

Llegando a Chavarría Viejo, más vale tomar un buen respiro pues a continuación está una buena subida de como unos 5 o 6 kilómetros que te sube de 1800 metros sobre el nivel del mar a uno 2500 en Coscomate más o menos una hora de vomitar el hígado por las orejas y agárrate porque sigue otra más larga que te sube otro desnivel como de unos 300 mts. a El Jarro en el km. 135 de la carretera Durango-Mazatlán.

Usualmente este es el final de la ruta ya que con esas dos subidas y unos 80 km. de recorrido, quedas lo que se llama “tronado” o sin una gota de energía, pero si por alguna razón todavía le quieres seguir dando a la bici, puedes tomar una derecha mas, cuando encuentres el terraplén del tren o sea rumbo el Este, cosa que no está tan mal pues pasas por dos túneles de este viejo intento de Ferrocarril.

No cabe duda que con el agua de los arroyos y bajíos, los cientos de tonos verdes del campo, las flores multicolores del camino, es mejor hacer esta ruta cuando llueve más en el año, pero lo escénico del paisaje y la diferencia de altura del monte en la Sierra, hace que este recorrido valga la pena en temporada de secas también. Por ahí nos vemos.