logo
franja
gris
inicio
durango
destinos
fotos
hoteles directorios cultura publicidad links contacto
gris
franja
blanco

 
 

 

PIAXTLA / GAVILANES.
Texto y fotografías. Walter Bishop Velarde.

Estábamos ya de tarde a 2,750 mts. de altura, en la sierra madre occidental, en medio de una niebla espesa que no nos dejaba situarnos muy bien, pues solo podíamos ver a unos cuantos metros a la redonda, sabíamos que nos dirigíamos rumbo al pueblito de Gavilanes, pero no muy seguros de haber tomado un camino secundario. Por cosa de las lluvias, el encharcamiento y lodazal consiguiente, además de la gran espesura del bosque, pues todo parecía igual y no teníamos un buen punto de referencia para determinar nuestra posición, así que no teníamos otra posibilidad mas que seguir moviéndonos hacia adelante, sorteando los obstáculos y sube y bajas del camino.

Esta mini aventura se había iniciado con un correo electrónico de Antonio Vizcaíno ( fotógrafo famoso) donde nos solicitaba la prestación de servicios como guía, para incursionar en la Sierra de Durango y tomar algunas fotos para un nuevo proyecto de libro de naturaleza (su especialidad), a lo cual con mucho gusto accedí, ya que además de ser muy divertido andar explorando por ahí, y aun cuando nunca he podido convencer a algunas personas que esto que hacemos es trabajo, pues así es, de eso vivimos.

Como varias veces al año nos solicitan reporteros gráficos de diferentes magazines para llevarlos a la sierra a safaris fotográficos, mas o menos había echo un itinerario por la carretera Durango Mazatlán para visitar algunos puntos muy bonitos pero accesibles, sin embargo cuando pasé por Antonio, nos obsequió tres de sus libros y nos dimos cuenta de la importancia de sus obras y su trabajo, decidí llevarlo a visitar las Quebradas de Durango o cuando menos dos de ellas, porque a mi juicio, éstas son lo que verdaderamente diferencian al Estado de otras entidades.

Entre tanto y como por magia, en una curva a la derecha ya habiendo iniciado una súper bajada que hay para llegar a Gavilanes, salimos abajo de la niebla que ya era más bien nube, y pudimos ver, unos 500 mts. abajo , lo majestuoso de esta quebrada.

La quebrada del Piaxtla por su profundidad (más de 2,000 mts.) es una de las más grandes del Estado, de hecho su cuenca es de 7,447 km. cuadrados de superficie y su aportación de agua al vecino estado de Sinaloa es de más o menos 1,403 millones de metros cúbicos, lo cual nos da una idea de su importancia, además son varios los pueblos establecidos dentro de su influencia y la misma ha sido protagonista en varios capítulos de la historia de Durango. Poblados como Tayoltita, San Dimas, Miravalles, Guarisamey, Yamoriba, han en su momento tenido un significado importante en los sucesos históricos del estado y algunos siguen siendo actores principales en éstos.

Por lo pronto nosotros, aun cuando el día por su nublado no se prestaba mucho, (para fotos) después de una sesión inicial de fotografía, continuamos bajando ahora si que vertiginosamente rumbo a el pueblo, haciendo un alto para arrimarnos un tanto al borde norte de la quebrada y tomar unas fotos de donde propiamente inicia la quebrada. Aquí en este lugar impresionante, se juntan varias corrientes de agua, empezando de norte a sur, pasando por el este, está primero el arroyo el Rincón como le llaman algunos y que viene desde San Miguel de Cruces, (agua no muy limpia) pero en su ribera, están dos haciendas mineras o plantas de beneficio, donde se procesaba el mineral desde cuando menos los 1800.

Una de éstas se llama El Ancon, todavía no la hemos visitado, pero la otra se llama El Pilar, hemos pasado varias veces por ahí en nuestras caminatas, se supone que ésta fue en algún momento del Conde de Súchil, hay bastantes ruinas de arcos de cantera, inclusive un acueducto por donde conducían la corriente de agua que movía los molinos o las taunas, aquí también encontramos una capilla dedicada a la Virgen de la Inmaculada Concepción, que todavía en estos tiempos, es visitada el 8 de diciembre por los habitantes de todas las comunidades de alrededor.

Continuando hacia donde sale el sol todos los días, para nuestra buena suerte, está el arroyo de La Blanca, quizás haciendo referencia a una cascada de más de 80 metros que se divisa a lo lejos de este color (o no color), luego está el propio río Piaxtla que más arriba en la meseta de la sierra, es el río Miravalles, pero de aquí en adelante ya no cambia su nombre hasta su salida al Océano Pacífico en el estado de Sinaloa, en este punto cae por una cascada de 175 mts. (medidos por nosotros), luego le sigue el arroyo de Tambores, que del tramo del pueblo Las Vegas, hasta encontrarse con el Piaxtla, tiene 20 cascadas de más de 40 mts., la más grande de 90 mts., y continúa la vista espectacular, ya totalmente viendo hacia el sur, con el arroyo San Luis donde hemos registrado 7 sitios arqueológicos de la cultura Mogollón, de hace entre mil y ochocientos años.

El paisaje no tiene comparación, pues entre cada uno de estos confluentes, los macizos de piedra y tierra son de todas las tonalidades del color rojo y con las formas caprichosas en que los ha esculpido la naturaleza, como se han erosionado escalonadamente, ha hecho de este conjunto escénico, un verdadero monumento a la madre tierra.

Desgraciadamente para nosotros no pudimos lograr una fotografía decente o cuando menos no con la calidad que se auto impone el fotógrafo Vizcaíno, así que continuamos hacia el pueblo todavía unos cientos de metros abajo de nuestro nivel, cosa que se dice fácil pero que no lo es tanto.

La primera impresión que te grabas cuando llegas anocheciendo a Gavilanes, es una agradable, de cierta manera como transportarte por el tiempo cientos de años atrás, a la colonia, no hay luz eléctrica, las calles son desiguales de una superficie rocosa, todas tienen un desnivel importante pues Gavilanes está algo así como colgado de un cordón (término topográfico), hacia el vacío de la quebrada, de tal forma que lo mejor que puedes hacer, es llegar a un patio central que tiene el pueblo, adornado por una gran Fresno y la orilla de la única construcción antigua que al parecer todavía queda en pie, sentarte en una banca grande de tronco de árbol, saludar a tus conocidos y pobladores en general y ver donde puedes pasar la noche.

Mismas direcciones que seguimos al pie de la letra, hasta que salió Don José Ángel Nevárez, a quien ya habíamos saludado por el camino y nos ofreció hospedarnos en su casa, invitándonos también a cenar, cosa que estuvo estupenda, pues sólo probamos unos lonchecillos en todo el día y traíamos una hambre bastante aguda, condimento esencial en este tipo de paseos extremos, de tal forma que el café, los frijoles, las excelentes tortillas de rancho y unos elotitos de maíz de temporada, estuvieron deliciosos y fueron un buen motivo para hacer una pausa e irnos a dormir.

La historia de Santa Cruz de Gavilanes (nombre original), es muy similar al de la mayoría de los pueblos por estos rumbos, en 1786 se descubre el mineral, muy parecido en importancia a el de Guarisamey (1779) no muy lejos uno del otro, la plata que encontraron era nativa de matriz cuarzosa, de una pureza excepcional (996), sin nada de oro y según un reporte de 1910 del Ing. Manuel Rangel, la mina producía de 250 a 300 mil pesos mensuales (de aquellos tiempos), el mineral era llevado a lomo de mula, a las haciendas mineras del Ancón y El Pilar, donde estaba el agua para su beneficio. En algún periodo de su existir, se mencionan como dueños a los hermanos Ramón y Juan Gurrola y al parecer todavía a finales del siglo IXX, estaba bien poblada toda el área.

Como dato curioso tenemos, que aquí en Gavilanes, nació Octaviano Meraz, un ranchero de muchos ... mucha enjundia, que logró correr rumbo a Sinaloa, al atracador Heraclio Bernal “Rayo de Sinaloa”, donde un tanto después fue asesinado y también terminó con la existencia de otro criminal de renombre Ignacio Parra, célebre maestro de fechorías de Doroteo Arango, después Pancho Villa, a quien le enseñó, entre otras cosas, el truco de cometer una travesura en tal lado, para en la mañana siguiente, estar a decenas de kilómetros del sitio (andaban a caballo).

Despertando muy temprano y después de un desayuno ranchero, también excelente, nos fuimos rumbo Yamoriba (pueblito muy interesante), en parte a buscar a uno de los mejores guías de la sierra de nombre Santiago Guadiana, mismo que no encontramos pues se había ido temprano a trabajar en la milpa, pero de lo que si tuvimos la suerte de descubrir, fue una increíble vista hacia el oeste, misma que parecía infinita, con una serie de montañas en cadena que parecía que mirabas hasta la costa y el Pacífico.
CONTINUARÁ...

 
franja
gris
franja
© BISHOP + PIZARRO, CONSULTORIA Y PUBLICIDAD 2012
PROHIBIDA LA REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL DE LAS FOTOGRAFIAS Y ARTICULOS CONTENIDOS EN ESTA PAGINA