A auspicias del procurador de Durango Diego del Villar se estableció en Durango un hospital el 31 de julio de 1595 quedando al cuidado de la Santa Veracruz y como administrador Alonso Meléndez, según nos dice Atanasio Saravia en su libro “Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya”.

Nos sigue contando que años después y sin haber atendido a enfermo alguno,  el 29 de junio de 1610 se le entregó la administración a los religiosos de San Juan de Dios, siendo Fray Francisco Ferrer y Fray Juan de Torres los primeros en atender el mismo. Al parecer todavía a finales del siglo XVI el hospital seguía llamándose de la Santa Veracruz y solo había una capilla en el sitio donde ahora está el templo de San Juan de Dios.

Como dato curioso también menciona que el agua  corría en asequias por todas las calles de la ciudad (cuatro cuadras de norte a sur y otras cuatro de este a oeste) y que éstas servían para que se enfriara un tanto la misma que salía tibia de dicho manantial, nos suponemos del después “Ojo de Agua del Obispo”.

El hospital que en algún momento también se llamó de San Cosme y San Damián, estaba ya construido a inicios del siglo XVII con ocho camas, todavía en 1682 se seguía llamando así y es en este tiempo donde a raíz de una disputa con el Obispo Bartolomé García de Escañuela por la disminución de los fondos que se entregaban para la manutención del inmueble y las curaciones,   que se hace una inspección, donde queda de manifiesto la precaria situación en que se encontraba el edificio y se decide invertirle un dinero, pero no es hasta 1719 que finalmente el Rey accede a dar fondos para la reconstrucción del mismo.

Según placa de cantera puesta en 1822, celebrando algún momento de la Independencia, se confirma la fecha de 1719,  pero es posiblemente hasta el 7 de marzo de 1739 cuando se hace la dedicación de la iglesia de San Juan de Dios,  que se le empieza a llamar Hospital de San Juan de Dios.

Lo que quedó del hospital y el ahora templo de San Juan de Dios para tu visita están situados en la esquina de la Calle Victoria con Pino Suárez.